En el Atlántico, las iniciativas de memoria fueron sistematizadas según enfoque diferencial y los hechos victimizantes. La gestión de memoria por parte de organizaciones de víctimas del conflicto en el Atlántico ha estado presente antes y después de la expedición de la Ley 1448, no obstante, después de la misma se amplían los repertorios de sus reivindicaciones. Además de la búsqueda de la dignificación de las víctimas y el esclarecimiento de los hechos, se abrió una ventana de oportunidad que impulsó la reivindicación de su reparación integral, el reclamo por las garantías de no repetición y por una justicia social. Adicionalmente, las narrativas de las organizaciones aluden a procesos identitarios vinculados tanto a hechos victimizantes como a los colectivos con enfoque diferencial. Consolidando de este modo, una gestión de memoria en varios sentidos: por una parte, han expresado sus memorias a través de símbolos y emosignificaciones, y por otro lado, han desarrollado memorias individuales y colectivas que se han convertido en insumos para instancias judiciales como la sentencia T-025 del 2004, y procesos liderados por la JEP.